Dice la
R.A.E (Real Academia Española) de la palabra “DIGNIDAD” lo siguiente: “Gravedad y decoro de las personas en la manera de comportarse.”
Desde hace mucho tiempo, ésta
palabra no se le puede aplicar al candidato a formar gobierno de España, Pedro
Sánchez (P.S.O.E).
Lo de este
personaje no tiene nombre y lo que es peor, ha perdido el norte, el rumbo y si
me apuran, la decencia y sobre todo la dignidad. Resulta patético verle
suplicar para que le voten atacando todo aquello que no es de su gusto. Un
personaje que habla de “tapón”, acusando al partido popular de ser el culpable
de producirlo, un “señor” que ha repetido hasta la saciedad que no iba a pactar
ni con el Partido Popular ni con Bildu (Formación pro-etarra) comparando a
ambas formaciones, en un alarde de indecencia democrática y que no se ha
cansado de decir “NO”, a hablar con el Partido Popular que, resulta, que ha
sido la formación más votada y la ganadora de las elecciones. Un personaje que
ha tenido los peores resultados de la historia del Partido Socialista en 40
años, un personaje que ha quedado el cuarto en la Comunidad de Madrid por
debajo de “Podemos”, un personaje que hasta hace bien poco decía que pactar con
la formación de Podemos era pactar con el “chavismo” y la dictadura chavista,
que “Podemos” representaba lo peor de la dictadura venezolana y, sin embargo,
se ha puesto de rodillas suplicando su aprobación para salir investido. Vergonzoso
y patético el personaje en cuestión, eso sin olvidar, que mintió, porque muchos
ayuntamientos ––incluido el de Madrid –– gobiernan los de “Podemos” con apoyo
socialista. Éste personaje, no tiene catadura moral ni la suficiente decencia
política para gobernar ni la comunidad de propietarios de su casa, mucho menos
España.
Tiene
tan poca decencia y dignidad, que después de haber hundido al P.S.O.E a lo peor
de su historia, hoy, pierde la segunda votación para ser investido Presiente
del Gobierno, con una aplastante mayoría de “noes”, pero el “patético”,
enseguida se adelanta a decir que va a seguir trabajando para formar esa mayoría
de izquierdas y volver a intentarlo; mayoría de izquierdas que dicho sea de
paso, pasa por los votos de “Podemos”, esos mismos que según sus propias
palabras, representaban lo peor del Chavismo. Si tuviera vergüenza y dignidad,
hoy mismo habría dimitido, pero el “patético” no se quiere mover de su “sueldecito”
de diputado, porque si no, tendría que irse al paro por incompetente. Éste
analfabeto visceral, era el que ponía en la red social, “Twitter”: “Ser buenos”. Éste es el que quiere
gobernar un país como España… para echarse a temblar.
Ha
engañado a su partido, ha engañado a la nación, ha engañado al Rey y ahora,
pretende seguir con su jueguecito de trilero, para seguir tomando por
gilipollas a todos los españoles. A éste personaje le da igual España, sólo
piensa en su poltrona y pactará con quién haga falta con tal de seguir sentado
en ella, incluidos los de Podemos, que no han pactado con él porque ellos no
han querido y no por falta de ganas del “patético”.
Resulta
hasta indignante verle hablar. Cada palabra una farsa, una mentira, un teatro
orquestado. Tiene tan poca inteligencia y es tan sumamente ignorante e
incompetente que, el “patético”, debe creer que todos los españoles estamos a
su mismo nivel intelectual. Éste personaje no conoce la palabra “decencia” ni
la anteriormente descrita, la palabra “dignidad”.
El “patético”,
acusa a Mariano Rajoy de ser el tapón que impide un gobierno de España y esto lo
dice el tío que se ha quedado con 90 escaños, un perdedor que le pide a Rajoy a
través del “jesuita”, Albert Rivera, que apoye su investidura ¡Se lo pide al
que ha ganado las elecciones! Hay que ser tonto y memo… bueno… y más cosas.
Sigue
tendiendo la mano a “Podemos”, ese partido que, a través de su máximo
dirigente, “Pablo Iglesias”, le dijo en el Parlamente que se cuidara del ex –
presidente, Don Felipe González, que era el que tenía el dudoso honor de tener
su pasado manchado de cal viva y el “patético”, le sigue tendiendo la mano para
que no le echen… sólo le ha faltado llorar. Lo más cojonudo es que, puestos a
recordar pasados, nadie le ha dicho al “vomitivo”, Pablo Iglesias, que él tiene,
no ya un pasado, sino unos orígenes dignos del más repugnante de los seres
vivos y que no es otro que su propio padre, Javier Iglesias, militante del FRAP
––organización terrorista –– que asesinó a policías y guardias civiles. ¿Pero
es que nadie tiene cojones para decírselo a la cara? Por eso le viene bien el
dicho de: “De casta la viene al galgo” y, lo que es aún más sangrante, ambos,
padre e hijo, se enorgullecen de ello. ¿Será porque todavía nadie les ha “explicado”
las cosas como a ellos les gusta?
Esto es
lo que se nos ha metido en España y esto es lo que hay que sacar…
democráticamente.
Y por
último, tenemos al “jesuita”, Albert Rivera. El hombre calladito que intentaba
sacar votos del Partido Popular haciéndose pasar por un centrista de corte
liberal y que lo consiguió. Ahora se ha destapado como un perfecto traidor al
servicio del P.S.O.E con quién ha votado “sí” a su investidura y atacando duramente
a Mariano Rajoy. Se ha destapado el pequeño monje. Espero que, si hay próximas
elecciones, los votantes del Partido Popular que le dieron su voto confiando en
él, le dejen como estaba antes, allí, en Cataluña, con sus cuatro escañitos y a
verlas venir. España tiene ya muchos traidores para que se siga ampliando la
lista.